Recomendaciones generales en tiempos de violencia y conflicto social

Cómo responder cuidando la salud mental y promoviendo una convivencia social más saludable:

• Evitar sobrexponerse a ver imágenes de televisión de violencia y conflictos. Evitar sobre-estímulos, ya que esto produce contagio de emociones, lo que hace que aumenten y se mantengan los síntomas de violencia en la sociedad. Información versus sobrexposición.

• Comprender y asumir que la vida cotidiana se ha visto afectada. No ayuda hacer como si nada hubiera ocurrido. Lo importante es ser reflexivos, escuchar, aceptar que estamos en una situación de crisis social, por lo que no todos piensan ni se afectan de la misma manera ante los mismos acontecimientos. Crear espacios de reflexiones constructivas, cómo puedo ayudar, cómo puedo servir a mi comunidad y llamar a la paz.

• Comprender que es normal en momentos de conflicto y violencia sentir ansiedad, miedos, irritabilidad, frustración, falta de seguridad. En algunos casos la sensación de no control puede llevar al caos y la agresión. Pero es importante comprender que estas reacciones emocionales, los pensamientos e ideas de ira y la conductas de agresión son respuestas ante una situación de conflicto y violencia social. Se recomienda hacer un análisis personal y familiar sobre lo saludable que es para el bien común mantener estas reacciones emocionales, versus pasar a acciones reflexivas, constructivas hacia el diálogo, entendimiento social, colaboración, protección y apoyo social. Conducir el sentimiento de dolor personal y social a acciones de colaboración, apoyo, amor y empoderamiento.

• Pasar tiempo en compañía de otras personas, mantener y cultivar la relación comunitaria y familiar de unión y cooperación.

• Expresar las emociones de manera que no dañen a otros ni a usted mismo, si no sabe cómo hacerlo hable con otras personas que puedan apoyarla y empatizar con su situación personal.

• Volver dentro de lo posible a su rutina cotidiana, intentando organizar sus actividades para los próximos días, busque si puede colaborar con los vecinos y la comunidad para restablecer un funcionamiento colaborativo en el regreso a las actividades. Importante ante momentos de conflicto social buscar unirse tomando medidas positivas y solidarias.

• Hacer algo que le ayude a sentirte útil frente al conflicto y la violencia social: ayudar a la comunidad, participar en las acciones ciudadanas que aporten a la paz, organizar o participar en brigadas de limpieza, orden, alimentación cooperativa, cuidado de niños y personas enfermas, ofrecer apoyo y cooperación en la comunidad, etcétera.

• Efectuar una reflexión con su núcleo familiar/social inmediato respecto de lo sucedido, revisar todos lo que esta ocurriendo: cuáles están siendo mis aportes al conflicto, cómo poder colaborar en la situación familiar y también en la situación país. Ver implicancias futuras. Buscar compromiso personal para darle un sentido de cambio a la situación de crisis del país.

• Cómo poder pasar del miedo, la frustración y la rabia a una acción de cambio social. Reflexionar sobre el vehículo que voy elegir: compromiso personal hacia qué y cómo. Cooperación y solidaridad v/s agresión y egoísmo, conciencia colectiva o ganancia individual, apoyo y construcción de un proyecto social colectivo versus anarquía y falta de sentido.

• La desesperación y caos colectivo frente a situación de violencia social son parte de las consecuencias sociales frente a la falta de orden, cuidado y valor de las demandas que hoy se solicitan. Pero es importante cooperar en una visión conjunta, colaborativa frente al otro. Para pedir ser escuchados lo primero es ser capaces de ofrecer escucha al vecino, a la pareja, a los hijos, partir de adentro hacia fuera. Por cada valor solicitado, como la equidad social, es importante que en el espacio personal nos preguntemos si lo estamos haciendo. Salir con el carro de la compra rebalsado para mi propio beneficio, ¿es un acto de falta de equidad y cooperación ciudadana? Observar qué estamos construyendo como sociedad. El poder social es infinito. Usémoslo para construir y no para destruir.

• Buscar ayuda profesional si siente que la requiere.

A las autoridades y representantes sociales:

• No dar falsa informaciones (verificar la fuente) ni manipular la información, ser prudentes a la hora de informar.

• Ser coherentes en la comunicación. Apoyar medidas que aporten al tipo de sociedad que se quiere postular: calidad en la educación, responsabilidad social, valores : cooperación, solidaridad, igualdad, paz… ¡Los que se establezcan! Pero ser ejemplo de ellos y buscar la transparencia.

• Responder con lo prometido en tiempos oportunos.

• Ser extremadamente responsables en el lenguaje que se ocupa, ya que a través de él creamos realidades que luego habitamos. Ser más reflexivos que impulsivos a la hora de comunicarnos, escuchar al otro atentamente, preguntar, empatizar y luego contestar.

• Toda omisión, equivocación, espera innecesaria, comentario inoportuno, actitud inadecuada, información incompleta, que es entregada a la población, pueden ser percibidos como una segunda agresión. La agresión no es sólo física hay al menos cinco tipos de agresiones que usamos constantemente en momentos de conflicto social ser cuidadosos y responsables.

A la prensa:

• Evitar mostrar reiteradamente imágenes de los sucesos (dosificar la exposición mediática) desde sólo un punto de vista, buscar dar información en trescientos sesenta grados.

• Evitar invadir los espacios de los afectados entrevistándolos en su dolor, respetar y empatizar con la situación país. Informar con respeto, calidad en los contenidos y objetividad.

A los distintos equipos de respuesta:

• Al final de cada jornada de trabajo prestando servicios ante una crisis social, se recomienda realizar ejercicios de desactivación psicológica, en lo posible guiados por personal entrenado (importante para evitar el trauma por exposición prolongada a un mismo evento).

• Implementar medidas de autocuidado para las personas más expuestas.

• Aprender también a pedir ayuda y reconocer que les pueden suceder síntomas muy parecidos a los propios afectados ya que se suele producir en este tipo de impacto social el contagio emocional. Buscar líderes positivos para apoyar el proceso social. Con un liderazgo de empoderamiento personal y cooperación solidaria.

• Reconocer las propias limitaciones, no cayendo en extremos como la omnipotencia o impotencia.

Renata Cavalli
Profesora UAR, y psicóloga experta en crisis y trauma


Pre-adolescentes y adolescentes

Si los jóvenes tiene comportamientos impulsivos, cambios de humor, se pelean con amigos o miembros de la familia, tienen ganas de tomar decisiones drásticas, corren riesgo de verse involucrados en situaciones de conflicto y agresiones que pueden dañarlo a él/ella y/o su entorno.

¿Cómo podemos ayudar?

• Intenta dedicar tiempo extra para estar con los jóvenes. Promueve espacios para hablar en familia. Reserva un tiempo especial para cada integrante independientemente de su edad. Quince minutos de atención especial pueden hacer una gran diferencia.
• Busca momentos no sólo para hablar sobre lo que pasa, sino para conversar sobre otras cosas o simplemente para estar juntos.
• Explícale que los cambios que siente y las reacciones que tiene son consecuencia normal de la tensión que vivimos. ‘Todos estamos bajo un estrés increíble. Sentimos mil cosas juntas, nos sentimos más asustados, bravos, e incluso con ganas de vengarnos’. Puede que no te parezca así, pero nos sentiremos mucho mejor cuando volvamos a una rutina de nuevo.
• Ayúdale a entender lo que siente y cómo expresarlo, hablando honestamente. Anímalo/a a que busque apoyo y comprensión de sus compañeros y amistades. Si puedes, promueve grupos de jóvenes discutan lo que está pasando y compartan cómo se están sintiendo.
• Aconséjale no tomar decisiones importantes en estos momentos. Pídele que no haga cambios drásticos en su vida. ‘Ya sé que quieres dejar la escuela, pero es importante que no tomes una decisión tan grande en este momento’. En momentos de crisis no es recomendable hacer cambios tan importantes. Discute las consecuencias de estas acciones y ayúdalo a buscar soluciones constructivas.
• Habla con él/ella sobre el posible deseo de hacer cosas arriesgadas y lo que puede pasar.
• Promueve la tolerancia entre los diferentes miembros de la familia. ‘Tú sabes que, después de lo que hemos pasado, es completamente normal sentirnos malhumorados el uno con el otro. Yo creo que estamos manejando la situación increíblemente. Es bueno que podamos contar el uno con el otro’.
• Busca formas alternativas para que los adolescentes sientan control sobre la situación. Quizás actividades donde ayuden a otros, se reúnan en la comunidad y vean cómo pueden cooperar.
• Invítalo a que pase tiempo tranquilo/a escribiendo o en actividades de expresión artística.
• Acepta tu responsabilidad por tus actuaciones. ‘Quiero disculparme por haber sido impaciente contigo ayer. Voy esforzarme más para mantenerme calmado/a’.
• Mantén contacto físico. Que te sienta. Unas palmadas en la espalda, un abrazo, un beso pueden ser muy importantes en este momento.

Grupo de profesionales de Apoyo en Crisis
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