UAR realizó conversatorio sobre discursos de odio en internet junto a ICEI de la U. de Chile

En el marco de la realización de las actividades de la conferencia Comunicación y Cultura Popular en América Latina y el Caribe, la tarde de este viernes 6 de septiembre el Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile y la Universidad Abierta de Recoleta realizaron el conversatorio Discursos de Odio en Internet: Estrategias para su abordaje desde las organizaciones sociales.

La instancia, que se llevó a cabo en el Auditorio del Liceo Valentín Letelier de Recoleta, fue apoyada y organizada desde el ICEI por el Diplomado en Comunicación Digital, y estuvo a cargo de profesor Bart Cammaerts, Doctor en Ciencias Sociales y académico del Department of Media and Communications de The London School of Economics and Political Science, Inglaterra.

En la cita, el especialista en comunicaciones hizo una extensa presentación sobre las manifestaciones de discursos de odio que se han presentado en los último años en relación al surgimiento de figuras políticas como Donald Trump y Jair Bolsonaro, y cómo ellos han utilizado las nuevas formas de comunicarse mediante Redes Sociales para la viralización de estos discursos.

“Una de las características principales de la difusión del discurso fascista ha sido la puesta en práctica del anti-enlightment y de la anti-democracia, lo que ha significado algo muy similar a volver a lo que había antes de la Revolución Francesa, pues se ha conflictuado la igualdad, el acceso a la información y sobre todo el respeto por los Derechos Humanos”, comentó el académico.

De acuerdo a Cammaerts “debido a ello, en el último tiempo la estrategia de quienes están interesados en propagar los discursos de odio ha sido tomar ciertos Derechos Humanos y darles un giro en su interpretación con el fin de ponerlos a su favor, como es el caso de la utilización del derecho a la libertad de expresión con fines racistas, la crítica constante contra lo políticamente correcto con el fin de imponer discursos extremistas, la apropiación de políticas feministas en contraposición al Islam, o incluso la aseveración de que las políticas de paridad de género son antidemocráticas”.

Mecanismos de normalización

En su presentación, el académico del LSE presentó a los asistentes algunos elementos que son relevantes a la hora de entender cómo estos discursos, a pesar de ir con contra de los Derechos Humanos, han logrado igualmente ser aceptados por parte importante de la sociedad, alcanzando incluso representaciones en posiciones de poder.

Uno de estos elementos mencionados por el docente fue la Guerra de Posiciones descrita por Antonio Gramsci, que postula que para efectuar un discurso contra hegemónico –en este caso, de odio-, se trabaja desde las bases de la sociedad, utilizando los medios de comunicación a favor de naturalizar ideologías extremistas, con el fin de modificar el sentido común de la sociedad. Según el académico, esta misma estrategia habría sido central en la proliferación del racismo de la última década en Europa, en la que se habría relacionado directamente un supuesto auge de la pobreza y casos de terrorismo en el continente con el aumento de la migración proveniente de África.

Junto a ello, Cammaerts comentó que otro de los mecanismos que se han utilizado para la normalización de estos discursos es el Juego de la Provocación, con el cual líderes interesados en validar su postura, realizan afirmaciones controvertidas con el objetivo de generar reacciones exaltadas en sus adversarios, y así traspasar a ellos la catalogación de “intolerantes”.

Tras la descripción de estos mecanismos, el académico entregó algunas recomendaciones de cómo aplacar a difusión de estos discursos, entre los que mencionó evitar caer en el juego de la provocación, evitando responder y hacer circular estos mensajes en redes sociales; difundir información y herramientas que aporten a la detección de fake news, así como reportar las violaciones a las reglas de comportamiento comunitarias en las redes sociales; cuestionar el modelo social de estas mismas redes para evitar el mal uso de nuestros datos; y finalmente, presionar para que quienes tengan discursos que no respeten los Derechos Humanos y cuenten con connotación pública, sean sancionados por estas redes de comunicación.