Como actividad inicial del Instituto de los Gobiernos Locales de la Universidad Abierta de Recoleta se realizó el foro Reforma policial y seguridad comunal con la participación de la socióloga y docente de la Universidad de Santiago de Chile (USACH) Lucia Dammert, la directora de Seguridad Humana de la Municipalidad de Peñalolén, Norma Maray, el director de la Fundación Chile 21, Eduardo Vergara, y el arquitecto, sociólogo, y alcalde de Recoleta, Daniel Jadue.
La iniciativa respondió al objetivo central del instituto que es “contribuir al fortalecimiento de los gobiernos locales y las organizaciones sociales territoriales de Recoleta, Chile y América Latina, a través del desarrollo de actividades docentes, de investigación y de extensión de calidad, abiertas a todas las personas que desean aprender y compartir sus conocimientos”.
El primer tema que abordaron los panelistas fue ¿cómo avanzar hacia una seguridad pública ciudadana que brinde protección efectiva contra la delincuencia, adecuada a las necesidades y la realidad de cada territorio, y en un marco de respeto por los derechos humanos? La intervención de la representante de Peñalolén se centró en destacar que “la seguridad es un derecho humano y que es un rol del Estado asegurarla”, añadiendo que el principal desafió es cómo se articula a los distintos actores en una coproducción de seguridad, donde los municipios podrían jugar un rol clave, pero “no tenemos atribuciones para ello y nos encantaría tenerlos”.
Por su parte Eduardo Vergara, señaló que hay elementos que son centrales, “uno de ellos es que tenemos que terminar con la obsesión sobre el orden público y esta obsesión con el orden público, es una obsesión de la política pública pero además una obsesión que conduce la labor de las instituciones dedicadas a la seguridad y particularmente a Carabineros”. Añadió que “la seguridad es un desafío político, no es un desafío técnico, se complementa con las decisiones técnicas, con la información y la evidencia, pero hay que tomar decisiones políticas de cambiar este enfoque”.
La docente de la USACH, identificó en su respuesta cinco elementos que son fundamentales para cambiar una seguridad ciudadana a la seguridad que uno quisiera; primero es la necesidad de control civil de las policías; segundo es avanzar en un mecanismo de descentralización de la toma de decisiones tanto policiales como de política pública; tercero es salir del eufemismo de la prevención del delito y que se debería tener una trabajo estructural; cuarto elemento es la transparencia policial y en las políticas de seguridad; y como quinto aspecto el cambio del rol policial.
En tanto Jadue señaló que lo fundamental es el cambio de enfoque, ya que “llevamos años viviendo en el enfoque de la seguridad ciudadana que es una derivación del enfoque de la seguridad nacional. Se asume que hay un enemigo interno que hay que extirpar de la sociedad para darle tranquilidad al resto. Creo que ese enfoque está absolutamente obsoleto”. Agregó que “soy partidario de la seguridad humana, y esta se basa fundamentalmente (…) en generar una sociedad libre del miedo, libre de la necesidad y que tenga posibilidad de perseguir la felicidad pero en un marco de autonomía plena”.
Ante la consulta sobre ¿qué reformas se requieren en las policías para avanzar en seguridad?, Vergara manifestó que “lo que necesitamos es el nacimiento de un sistema policial con gobernabilidad democrática que está al servicio de la ciudadanía y la protección de sus derechos o sea que proteja a las personas”. Dammert delineó en tanto, los aspectos para ella centrales, que pasan por sacar la ley orgánica de Carabineros de la constitución; el control civil de las policías; una intervención en los sistemas de formación de las policial para sacarle el tono militarista que mantienen; terminar con el doble escalafón; y lograr la transparencia en una serie de cosas que hoy día no existen al interior de las instituciones policiales chilenas.
El alcalde recoletano compartió la necesidades expresadas por los otros panelistas, agregando que el problema que tenemos “es que cuando termina la dictadura algunos piensan que se puede salir de la dictadura con la constitución de la dictadura, con el modelo económico la dictadura, con la impunidad por los crímenes de la dictadura y dentro de todo esta continuidad, una de las continuidad que se cuela, es la continuidad de la cultura organizacional de las instituciones que gobernaban en dictadura. Entonces usted tiene una policía que en el año noventa estaba dedicada a la violación de los derechos humanos, al montaje, a la mentira y que era profundamente corrupta y que se dedicaba a robarle a Chile y el problema es que en los treinta años de democracia que le siguieron esa policía siguió siendo exactamente igual y no cambió nada su cultura organizacional”.
Por su parte Maray, indicó que en este cambio “tenemos que pensar en un acuerdo sobre el tipo de policías que queremos y cuáles son sus atribuciones”, agregando que “se debe analizar las policías a mi juicio en su conjunto y el rol que debe cumplir pensando en toda la sociedad en forma equitativa”. Señaló que “una vez que nosotros tengamos consenso y claridad sobre qué policía anhelamos será posible decir qué reformas son las requeridas”. Expresó finalmente que además debe “existir un consenso de cuáles son las atribuciones que van a tener los gobiernos locales sobre estas policías. Creo que eso es básico para poder tener planes conjuntos, para poder tener miradas conjuntas frente a lo que se requiere”.
La pregunta final del seminario abordó las estrategias de seguridad que se pueden implementar desde el gobierno local y la comunidad. Dammert, sobre está consulta indicó que le parece un error que algunos alcaldes quieran convertir a los municipios en nuevas policías y por el contrario “creo que son los municipios los que pueden mostrar que hay otras formas u otros caminos posibles para enfrentar no solamente la delincuencia, sino sobre todo las violencias que están cada vez más presentes en el día a día”. Maray también cree que “el abordaje de la seguridad a nivel en local es un tremendo desafío y muy difícil de sortear, porque hay poca claridad del rol municipal. El rol municipal es fundamentalmente de prevención, y esa poca claridad la tienen los vecinos que quieren otra cosa, y eso es una tensión permanente”. Agregó que además deben plantearse estrategias de largo plazo, que muchas veces no se alcanzan a concretar dentro de los mandatos de los alcaldes.
En tanto Vergara puso énfasis en que “la acción de un municipio debe garantizar que las personas tengan sus garantías básicas para que puedan vivir en paz, para que lo puedan hacer con dignidad, que se garantice su bienestar y la convivencia”. Esto, añadió, “no se consigue con Carabineros, no se consigue con la PDI, tampoco con los guardias municipales, es con políticas de desarrollo urbano con políticas que garanticen que el territorio sea un agente de igualdad, con el acceso a la vivienda, con el acceso a los servicios básicos con el acceso a la salud, con conectividad y transporte”.
Finalmente, Jadue señaló que “la estrategia es una sola y se llama construir comunidad, lograr que los vecinos y las vecinas se conozcan, se quieran y se cuidan entre ellos”. Concluyendo que se debe poner el foco en “la corresponsabilidad, la solidaridad, pero además hacerles sentir que ellas y ellos son el Estado, que nosotros somos empleados y que nos contratan cada cuatro años y que efectivamente ellos son los que deben tomar la decisión de todo y que ellos pueden ocupar la infraestructura y que ellos pueden usar los recursos, finalmente que ellos son los protagonistas. Eso cambia significativamente la relación ciudadanía-Estado, y los hace comprometerse mucho más con esto que hoy día sienten tan lejano que es el sistema político y la institucionalidad”.
Revisa el foro completo: Reforma policial y seguridad comunal