Opinión / Yo conmemoro, mis tías celebran

Seguramente a todas nos ha pasado en esta lucha feminista, ser tildadas de locas, exageradas, zurdas, rojas, locas de nuevo y bueno, mucho más. Sin duda, con los años hemos aprendido a rebatir, silenciar, argumentar o sencillamente ignorar esas voces y comentarios, pero ¿qué pasa cuando esto viene de esas mujeres que te dieron la vida, aquellas que te criaron, aquellas que te formaron en tus primeros años? Usamos acaso la misma técnica, ¿somos capaces de silenciar, acallar y luego alejarlas de nuestra vida?

Claramente no es fácil la respuesta, y resulta difícil saber cual es límite entre los sabios conocimientos que les van sus años de vida, o cuando es el patriarcado muy bien arraigado en sus cabezas hablando por ellas. Por mi parte he lidiado en esa dualidad por mucho tiempo, desde siempre, desde pequeña, solo que en mis primeros años no lo comprendía, hoy sí. Y nunca he sabido muy bien cuando debo ser dura en mis respuestas defendiendo el sufrir de tantas hermanas, y cuando ser más tolerante y comprender que esas mujeres bondadosas, tiernas y protectoras de mi infancia, hoy son hermanas que necesitan ayuda y contención, tanto o más de la que pueda necesitar yo, pero que no comprenden ni saben cuanto daño ha hecho el patriarcado en sus vidas y mentes.

Es que, ¿cómo le dices a tu prima favorita, qué ha criado a un machista más? ¿Cómo le planteas a tu abuela, que su cuñado favorito es un abusador. ¿Qué le dices a tu madre cuando justifica los abusos psicológicos que por años ha sufrido en su hogar, solo por miedo a una inestabilidad económica. ¿Serán acaso bien recibidas mis palabras?, ¿serán acaso atendidos mis argumentos?, ¿son sencillamente enemigas y aliadas de este sistema machista, capitalista, patriarcal y opresor? La respuesta categórica a esta ultima pregunta es no, ellas también son víctimas.

Quienes hemos sida victima de abusos machistas, misóginos, narcisistas y patriarcales, bien sabemos lo duro que es concienciar aquello en nuestras vidas, lo duro que es decirlo a viva voz y que tus palabras sean creídas. Debemos estar dispuestas a ser juzgadas nuevamente, a ser desacreditadas por nuestros abusadores y por quien sabe cuanta gente más. No es fácil decir he sido víctima, he conquistado el mundo laboral y profesional, pero no lo pude parar.

Palomba Albarracin Mori
Abogada
Docente de la Universidad Abierta de Recoleta