Raquel Aranguez, coordinadora de Sin Torniquete: «Aportamos a que los y las estudiantes adquieran herramientas para sus proyectos de vida»

Desde octubre de este año trescientos sesenta estudiantes secundarios están participando de las actividades de la iniciativa Sin Torniquete de la Universidad Abierta de Recoleta, mediante tutorías de acompañamiento en relación a la preparación de la prueba de transición a la universidad y en otros temas, como apoyo emocional, preparación para el mundo laboral y orientación vocacional.

A la fecha estos jóvenes están participando en las doscientas veinte tutorías personalizadas que se realizan de forma virtual, las que son llevadas a cabo por profesionales de distintas áreas que trabajan de forma voluntaria en el programa, tanto para estudiantes de la comuna de Recoleta y como de otras comunas, explica Raquel Aranguez, coordinadora de la iniciativa.

Señala que “originalmente cuando esta iniciativa se formuló estábamos convencidos de que era importante dirigir los esfuerzos de la UAR hacia un grupo que no es priorizado habitualmente, pero que en nuestra mirada creíamos que debía serlo; es decir los y las estudiantes secundarias”.

Agrega que “nuestro diagnóstico era que existían varios problemas en el momento de tránsito desde la educación media a la vida fuera de esta, que no son abordados y para los que no se les prepara de igual forma. Entre ellos el tema vocacional y la construcción de sus proyectos personales, la preparación para la vida después de la escuela -si es que optan por insertarse en el mundo laboral-, incluso todos los problemas derivados de las restricciones que existe hoy para acceder a la educación superior”.

¿Cómo se enfrentó eso en un contexto de pandemia?
Todo lo anterior en un contexto de pandemia se complejiza más, los estudiantes durante este año han estado alejados físicamente de sus espacios educativos, las clases se han desarrollado de la mejor forma, pero no hubo tiempo de adaptarse a esta situación y es normal que muchos temas que debieron abordar para su preparación no se hayan podido revisar de la mejor forma. Sumado a lo anterior, este años se rendirá por primera vez la prueba de transición a la educación superior, por lo tanto si uno mira el escenario en su conjunto, es un escenario de mucha más incertidumbre a la que normalmente se enfrentan, y en eso los objetivos de Sin Torniquete se pusieron a disposición de apoyar a los y las estudiantes en este contexto.

¿A qué carencias apunta el trabajo de Sin Torniquete?
Esperamos poder aportar a que los y las participantes puedan a adquirir las herramientas necesarias para resolver o afianzar un proyecto de vida que les permita insertarse en la sociedad al terminar sus estudios secundarios.
En este sentido la orientación sobre estos temas es una prioridad. Por otra parte también esperamos poder apoyar en distintas áreas este proceso y por lo general la orientación, el acompañamiento y la entrega de información oportuna es importante, no solo pensando en que el camino es ‘estudiar en la universidad’, sino que abriendo las posibilidades a que ellos puedan decidir conscientemente.

¿Cómo ha sido la respuesta de los estudiantes?
En esta primera versión, que ha operado como un piloto, la participación no ha sido tan masiva. En esto vemos que las limitantes tecnológicas son algo que debemos resolver ya que las tutorías y clases, debido a la pandemia, han sido a través de plataformas virtuales. Sin embargo, quienes han continuado en el programa nos dan señales de que están interesados en este proceso. Hemos observado experiencias de acompañamiento muy motivantes, entre ellas estudiantes de la comuna de Recoleta y de otras regiones que de otra forma no habrían tenido la orientación y apoyo necesario para el proceso que ahora están viviendo. Observamos que existe mucha desinformación acerca de los proceso de admisión a la educación superior, como de otras posibilidades de futuro, y estas instancias han podido generar un espacio para que los y las participantes puedan hacerse estas preguntas, y obtener respuestas de otras personas que ya vivieron y pasaron por estos procesos y pueden transmitirle su experiencia.

Foto: Archivo UAR. 2019