Cristóbal Feller, director de Investigación de la UAR: “Iniciativas como las farmacias populares permiten ir descentralizando el poder, haciendo que las personas estén más cerca de la toma de decisiones”

El dirección de investigación de la Universidad Abierta de Recoleta (UAR), Cristóbal Feller, junto a la subdirectora del Departamento de Salud de Recoleta y directora del Instituto de Discapacidad, Inclusión y Cuidados (IDIC) de la UAR, Alison Morales, participaron en el seminario en línea Farmacias Populares: la relevancia de su gestión y el rol de los profesionales de la salud, organizado por el Departamento de Atención Primaria y Salud Familiar de la Universidad de Chile.

En la instancia también participó la médica familiar y académica Macarena Moral López, quien además trabaja en el CESFAM Lo Valledor Norte en la comuna de Pedro Aguirre Cerda. Desde esta experiencia, Moral destacó la importancia de la atención primaria, especialmente durante la pandemia, además del rol educativo de las farmacias populares en esta cadena de atención en salud a la ciudadanía.

“¿Dónde se acercan las personas en una situación de confinamiento y pandemia? A su autoridad local, y eso relevó también la importancia de la atención primaria. En lo sanitario la autoridad local no fue el Ministerio, sino que el Cesfam. En adelante, tenemos que ver cómo vamos a construir el sistema de salud en Chile, y la farmacia popular viene a llenar un vacío muy importante en relación a eso, porque resolvió lo que tiene ver con la disponibilidad de medicamentos y su precio”, apuntó.

Por su parte, la directora del IDIC, Alison Morales expuso sobre los factores que impulsaron la creación de la Farmacia Popular de Recoleta, primera en su tipo en Chile e impulsora de un modelo que ha sido replicado en distintos territorios a lo largo del país.

La salud como derecho humano, la interculturalidad, la territorialidad y la participación social. Éstos, a juicio de Morales, son los principios rectores y la carta de navegación del quehacer en salud en Recoleta.

“Otro eje esencial es el enfoque de determinantes sociales en salud, es decir, todos los elementos que van a influir en la condición y riesgo de salud de la población: condiciones de vida, barrio, escuelas, y otros. Aquí las farmacias populares responden a un determinante intermedio, esto es, a un servicio de salud, muy importante en la población de nuestro país”, explicó.

La directora señaló que el perfil de carga de enfermedad que está teniendo la ciudadanía demanda que servicios de salud, como lo son las farmacias, no empobrezca más a las personas. “Esto es lo que estaba pasando y es lo que trata de frenar la instalación de los servicios populares como la farmacia: disminuir el gasto de bolsillo de las familias para acceder a medicamentos”.

Evaluación continua, para una mejora continua

Por tratarse de una política pública, detalló Morales, es necesaria una constante evaluación debido a los desafíos que conlleva su puesta en marcha. Uno de ellos, la llamada automedicación no responsable y la importancia, en este caso, de los químicos farmacéuticos en la educación en el uso de fármacos y medicinas complementarias.

¿En qué nos encontramos actualmente en Recoleta respecto de la farmacia popular? Morales especificó que se está llevando a cabo un proceso de monitoreo y evaluación, medición de impactos y revisión de la estrategia, aspectos en los que ahondó Cristóbal Feller, director de Investigación de la UAR.

Se trata de los resultados preliminares de la Evaluación del Programa Farmacia Popular Municipalidad de Recoleta, un estudio que actualmente lleva adelante la Universidad Abierta, detalló Feller.

Su objetivo es sistematizar la implementación del programa Farmacia Popular en la comuna y determinar su impacto en la calidad de vida de sus usuarios/as.

“Como dispositivo de investigación de la UAR nos pareció natural empezar justamente por el programa de farmacia popular porque es, probablemente, la primera iniciativa que vino a romper con esta lógica tradicional de los municipios en Chile: pasar de ser un administrador de programas generados a nivel central, a transformarlos en un generador de políticas públicas locales”, destacó Feller.

Para el académico, la asociatividad que pueden lograr los municipios en esta tarea abre un horizonte político interesante. En su opinión, a medida que los gobiernos locales trabajen de manera coordinada y agrupada, pueden romper la lógica centralista y vertical con la que el Estado opera.

“Podemos distribuir el poder, que en Chile está ridículamente concentrado. Iniciativas como estas permiten ir descentralizándolo, haciendo que las personas estén más cerca del poder y de la toma de decisiones. Creo que el que los municipios sean generadores de políticas locales representa un giro muy interesante para lo que viene, el Chile del futuro y el que estamos construyendo a través de una nueva Constitución y los cambios que están aconteciendo”, dijo.

Impactos del programa

La investigación convocó a un panel de expertos que aportaron con una mirada “desde afuera”: profesionales de la salud, de la administración pública y de la economía. En la primera fase se revisó información secundaria y se realizaron entrevistas semi estructuradas a informantes clave (sector estatal / salud, trabajadores de salud de Recoleta, otros). Resta la realización de una segunda fase, que incluye la participación social (usuarios y comunidad).

Las farmacias populares tienen distintos efectos en la vida de las personas, comentó Feller. “Los impactos económicos que están cuantificados, y que comentamos, corresponden a estudios muy interesantes a nivel internacional, y refieren al modelo de farmacias populares en Chile”, especificó.

Precios entre sesenta a ochenta por ciento más baratos que en farmacias comerciales, ahorro anual en el gasto de bolsillo de usuarios de $115.000 aproximadamente, por persona, en medicamentos, siendo los más beneficiados los hogares en los que residen personas con enfermedades crónicas, con un ahorro de $440.000 anuales, por usuario; son algunas de las cifras presentadas por el investigador.

¿Qué pasa en Recoleta? Hasta ahora el enfoque cualitativo producto de entrevistas confirma de manera unánime un ahorro significativo en gasto de bolsillo de usuarios y usuarias. Además, indica que este ahorro tiene un efecto positivo en la calidad de vida de hogares más pobres y/o con personas mayores.

Finalmente, destacó que el impacto económico en el municipio no es menor en cuanto al ahorro que conlleva la existencia de la farmacia, pues ha permitido la eliminación de subsidios directos para compras de medicamentos, además de un mejor control de enfermedades crónicas, lo cual implica un menor gasto en salud municipal.

A modo de balance, se registra una alta rentabilidad social y de manera proyectiva, en el caso de que este modelo fuese implementado en todas las comunas, la reducción del gasto en medicamentos superaría en 52% el costo de la medida.

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