Opinión / Un territorio universitario acreditado contra la educación de mercado: libertario, revolucionario y transformador

Al cumplirse este año 2021 el tercer aniversario de la Universidad Abierta de Recoleta (UAR), se renueva el compromiso con la historia de resistencias y propósitos para continuar en la arena de la lucha por los Derechos Humanos, en orden a establecer la dignidad mediante la Enseñanza Superior sin exclusión. Libre de la administración corporativa que el mercado proclama en su evangelio del dinero, las universidades están siendo administradas por valores neoliberales, cuyos engaños del lenguaje impiden la total libertad para acceder al conocimiento; a saber, palabras como ‘becas’, y la ficticia publicidad de ‘adscrita a la gratuidad’, profundizan las brechas culturales y legitiman las fronteras sociales de injusticias. Por ello, la UAR fundamenta, en su misión educativa, que “es una iniciativa educativa del gobierno comunal que busca democratizar el conocimiento, permitiendo que todas las personas accedan a una pluralidad de saberes y disciplinas a través de actividades docentes, de investigación y de extensión de calidad, abiertas a todos quienes desean aprender y compartir sus conocimientos”.

La UAR, como territorio contrahegemónico acreditado contra la educación de mercado, desde la praxis revolucionaria, y que nace en la comuna de Recoleta, muy pronto encuentra resonancia internacional, elevándose a toda la región de América Latina, construyendo alianzas en todo el espectro universitario, artístico y social; franqueando barreras geopolíticas, naturales y culturales; abriendo las ventanas del saber para derribar los dogmas de la ignorancia, el individualismo y, radicalmente, fortaleciendo la conciencia crítica, social y de clase; insistiendo, en el proyecto de su visión formativa, que está “orientado a superar el neoliberalismo como modelo de desarrollo hegemónico, a fin de contribuir a la construcción de comunidades políticamente democráticas, socialmente inclusivas y ambientalmente sostenibles (…)”.

En el actual modelo de Educación Superior, elitista, discriminatorio, dominante y explotador; determinado por la filosofía del ‘tener dinero’, no hacen más que legitimar las clases sociales colonizadoras, por un lado; y por otro, aplastar con su maquinaria los sueños y experiencias de los oprimidos. Las consecuencias de todo este festín del capitalismo -a través de su hijo prodigo el neoliberalismo-, en la mesa de los conocimientos, estructura una sociedad jerárquica y fragmentada. De ahí que, como expresé al comenzar el actual siglo, “la educación no debiera dejar indiferente a nadie, menos a nosotros, que somos educadores de una nación que arranca raudamente por las sendas de una sociedad hostil, burocratizada, capitalista y meritocrática”, (Palma, 2000, página 37).

Como docentes de la UAR, tenemos conciencia de que la ‘lectura del mundo’ en la epistemología freiriana, nos permite descubrir una semiótica de los símbolos en las comunidades populares, que está cincelada en la piedra de la humanidad que sufre. El conocimiento que emana de la pedagogía crítica es el esfuerzo de constatar que sólo desde las historias personales y colectivas, que se resisten a la domesticación, coerción e ideologización de la manipulación del poder, será posible conectar una epistemología humanista, una ontología comunitaria y una vocación por la libertad de ser más. O como Peter Mc Laren ha puesto énfasis en que la pedagogía crítica “debe ser una teoría de carne y hueso. (…) que se practique una ética multicultural revolucionaria -que se viva en las calles- en lugar de que se le reduzca simplemente a la práctica de recitar fórmulas simplistas de la enciclopedia cultural de la academia burguesa”, (Mc Laren, 2001 página 145).

Como ya hemos dicho en otros lugares, los educadores críticos reconocemos la contradicción de las injusticias y proclamamos que el conflicto descubre el verdadero mundo compartido, reflexivo, y en búsqueda de la praxis, que puede transformar la actuación humana en la sociedad, para el bien común. En concreto, Paulo Freire lo sintetiza dialécticamente cuando expresa que “(…) la utopía no sería posible si le faltara el gusto por la libertad, que es parte de la vocación de humanización. Y tampoco si le faltara la esperanza, sin la cual no luchamos”, (Freire, 2011, página 125).

Queda claro que, para la clase dominante, palabras como utopía, libertad, humanización y esperanza, son el esqueleto de la realidad; sólo son pantomima, signos caricaturescos; mientras que, para los oprimidos, son signos de fuerza que les permiten leerse así mismo, como miembros de una clase desposeída, y que les generan el despertar en la conciencia de clase para luchar por la dignidad epistemológica y ontológica. Por tales motivos, asumo que, como educadores progresistas, “necesitamos situar la profesión docente en la dinámica que corresponde: en la “primera línea” de la transformación educativa-social y la emancipación de las fuerzas opresoras colonizadoras y esclavizantes de este modelo neoliberal que consume y ahoga las conciencias libres”, (Palma, 2021).

Finalmente, lo que caracteriza al Proyecto Educativo de la UAR, y que se diferencia de todas las demás universidades del país, al resucitar el poder académico crítico y popular, es la persistencia en la prolongación de este sentido de amor que histórica y materialmente, se ha forjado para la democratización del conocimiento libertario, revolucionario y transformador.

Stefan Palma
Docente
Universidad Abierta de Recoleta

Bibliografía.

Freire, P. (2011) Pedagogía de la esperanza, un reencuentro con la pedagogía del oprimido. Traducción de Stella Mastrangelo. Siglo XXI editores.

Mc Laren, P. (2001) Che Guevara, Paulo Freire y la Pedagogía de la revolución, Siglo XXI editores.

Palma, S. (2000) Educadores críticos: una apuesta para el cambio social. En Revista chilena de temas sociológicos 6-7 Año IV. Universidad Católica Raúl Silva Henríquez. Véase en http://biblioteca-digital.ucsh.cl/greenstone/collect/revista1_old/archives/HASHe5f3/5464227a.dir/Educadores%20criticos.pdf

Palma, S. (2021) Portafolio del Sistema de Evaluación y Reconocimiento Docente en Chile: control técnico, proletarización y falso profesionalismo. Universidad Abierta de Recoleta, Colaboraciones Docentes. Véase en https://www.uar.cl/portafolio-del-sistema-de-evaluacion-y-reconocimiento-docente-en-chile-control-tecnico-proletarizacion-y-falso-profesionalismo/